Tres sumisos atados participando en sus instintos primarios ceden al placer y tienen un trío atrevido. La polla del amo se convierte en su privilegio compartido mientras la pareja procede a castigarse y recompensarse mutuamente en un patrón de giros de dolor y placer. La persona puede ahogarse, atragantarse o usar garganta profunda y esto le da al efecto deseado una buena mezcla de dolor y placer.