Todavía recuerdo que siendo joven y la curiosidad tenté a mi vecino y crucé todas las barreras que nunca se deben cruzar. Su respuesta tabú fue conseguir un fósforo para encender nuestro amor, nuestros bajos instintos besando y follando en una sesión ardiente y desenfrenada. Esta es en realidad nuestra primera navegación del territorio prohibido en pareja, capturada en punto de vista cercano y personal.